lunes, 11 de mayo de 2015

EL TERCER PREMIO, OTRO AÑO MÁS...


Parece haberse convertido en costumbre, pero no, nuestro deseo es participar y colaborar con nuestras Instituciones, para divulgar y difundir nuestras tradiciones y costumbres populares. Aunque, bien es cierto que, nuestra colaboración, está condicionada por unas bases y normas concursales, en algunos puntos claros y concisos, a las que procuramos adherirnos en su máxima expresión, respetando sobremanera a los instructores de las mismas, como no podía ser de otra manera. Por eso, este año, de nuevo, nuestro regustillo con sabor agridulce, cuando los resultados y veredictos finales, laurean cruces que no cumplen la normativa en algunos de sus aspectos principales. No queremos decir que nuestra Cruz sea la mejor; ni es nuestra intención la pataleta, ni generar polémica, ni siquiera protestar por un veredicto, cuanto menos extraño; pero sí expresar nuestra opinión al respecto, considerando que, para mantener y perpetuar una tradición en cualquier localidad, nutrida gracias a la colaboración de terceros, através del esfuerzo, interés y dedicación altruista de un grupo humano considerable, es primordial el respeto recíproco y el rigor en la aplicación de la normativa de concurso. Si no se vela por preservar la esencia primigenia de la convocatoria, el criterio de concurso carece de valor, pudiéndose caer en la tentación del desinterés, la desgana y desmotivación, perjudicando, a nuestro entender, la superviviencia seria y respetuosa de tan costumbrista y bonita celebración.
Dicho esto, desde el más absoluto respeto por la decisión del jurado calificador, al que agradecemos la concesión del más que digno tercer premio; nuestro balance, un año más, ha sido tremendamente positivo. Hemos disfrutado de un ambiente de confraternización y convivencia, tan necesario como enriquecedor, saliendo fortalecidos en todos los aspectos, sobre todo, en el de la consolidación de un grupo humano homogéneo y variopinto a la vez, que ha sabido, sabe y sabrá luchar por una meta en común; por un proyecto que pellizca el corazón, sabedores que toda la dedicación y el esfuerzo está mereciendo la pena y pronto, muy pronto, se empezarán a recoger los frutos de una loca semilla que no germinó al azar, como algunos pensaban, si no que, provenía, de los aperos de la divina providencia.
De igual forma, satisfactoria ha sido la respuesta de nuestros hermanos cofrades, amigos y simpatizantes que nos han visitado durante este largo fin de semana; recaudando una considerable cantidad de recursos que, como bien anunciamos en este mismo blog, irán destinados a los damnificados de Nepal. A esto, hay que añadir el importe del premio que, como es costumbre, nuestra Vocalía de Caridad gestiona para los proyectos sociales y misioneros puestos en marcha.
A continuación, os dejamos un amplio reportaje fotográfico para vuestro deleite y recuerdo, no sin antes, agradecer a todos los que, de una forma u otra, han colaborado con nosotros en la mejor organización de la Cruz de Mayo 2015. Un fraterno abrazo a todos y que Dios os lo pague.






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